miércoles, 30 de abril de 2008

Gala 3: The Fair Revenge of Risto (or) V for Virginia/Vendetta

Una semana más tenemos a Vicky en el ojo de huracán. Antes de continuar, vamos a hacer un repaso del expediente de la chica oyster.

Gala 0: la más serena para la concursante. Risto admite su favoritismo hacia Vicky. Esta declaración de uno de los miembros del Jurado da inicio a una fatalidad que se cernirá sobre la concursante.

Gala 1: Risto, aprovechando los minutos que le conceden para hacer la valoración de la concursante, le advierte a ésta de las críticas que recibe a sus espaldas. El conocimiento de esta verdad hace que Vicky rompa a llorar (como era natural). Las criticas continúan dentro de la academia.

Gala 2: En las valoraciones del Jurado, Llano se equivoca en el veredicto y nomina a Vicky. A la concursante (como era natural, again) se le muda el rostro al saber que no va a cruzar la pasarela. Noemí se apercata del error y corrige la resolución de Llano.

Gala 3: Noemí nomina a Vicky argumentando que, si bien se ha mostrado como la alumna perfecta a lo largo de la semana, en la gala ha pinchado. Rápidamente Risto expresa su desacuerdo (como era natural, again again). En un inteligente movimiento de ajedrecista experimentado, nomina a la insufrible de Tania S., obviando la decisión previamente tomada por los cuatro miembros del Jurado.


Esto resalta lo siguiente:

Risto vende dos productos con un único movimiento de ficha. Por un lado, potencia la imagen de Vicky como “La Cantante” que debe competir contra flequillos platinos, glúteos de karateka y varios pares de pendientes de choni. Por otro, se reinventa a sí mismo y se hace campaña con ese tono mesiánico de quien está llamado a mostrar el verdadero camino de la música. Pese a perseguir con ello su revalorización (y indirectamente la de su concursante favorita), no deja de valerse de argumentos bien sólidos. ¿Es posible que el programa considere que han cantado mejor Tania S., Sandra o Iván, cuya actuación reconocen haberles aburrido enormemente?

Este juego casi de trilero que está llevando a cabo el programa me parece un arma de doble filo y la principal víctima podría ser Vicky. La próxima edición Noemí, Risto y Llàcer renovarán contrato, pero ¿dónde estará Vicky si en uno de estos juegos de prestidigitador del publicista y Compañía acaba siendo expulsada a los pocos programas? Además, ¿no le está reportando esto una incómoda situación a la concursante, viéndose como motivo de disputa y de conflicto entre profesores y alumnos en un deplorable "todos contra todos"? Cada semana su nominación supone disensión y disputa (con daños colaterales como el de hoy) entre el Jurado. Afortunadamente, Vicky no pierde de vista el objetivo (“cantar”) y no se desorienta en medio de un programa que, cada vez más, tiene visos de Gran Hermano. Por suerte también, Vicky se ha aprendido la lección: “no morder la mano del que te da de comer”. De esta manera, a la pregunta sobre qué opinaba de tener el apoyo de Risto y los profesores, la concursante ha respondido que se alegra de tenerlo. ¡Sensata, inteligente y honesta! Hubiera quedado mal pecar de inmodestia...
La Gala 3 ha supuesto una mejora considerable respecto a la anterior. Vicky estuvo mucho más suelta en el escenario demostrando una mayor seguridad. El tema lo defendió con creces, a pesar de contar con un partenaire tan soso como Rubén. Sin embargo, la estrella de la noche fue nuevamente Chiper quien cantó una mis temas preferidos Dancing in the street (todavía recuerdo el momento en que Beatriz Luengo salió a la Plaza España madrileña a bailarlo junto a Benny -el genial Asier- en aquel capítulo en que ella y Mónica Cruz lideraban dos grupos distintos en baile moderno, y la hermana de Pe reunía para su grupo a todos los amigos de Bea para su fastidio -eran el periodo dorado de la serie-). Por su parte, Noelia recibió unas críticas injustas, pues le sobra presencia y voz sobre las tablas -muchos deberían aprender de ella-. Y por último, Manu, aunque encandila durante sus actuaciones, resulta cada vez más fastidioso con tanto lloro y tanta emoción desatada -creo que ha superado los niveles en uno y otro sentido que fijaron Bustamente y Bisbal, respectivamente-.
Vídeo Virgi y Rubén interpretando "Isla de Palma":



Vídeo de la nominación de Virginia y la reacción de Risto:



Vídeo de la justa venganza de Risto:


Vídeo de la actuación de Chipper y Reke:

Otros capítulos:

Gala 0: The Return of Risto...

Gala 1: Virginia Blues

Gala 2: The Melancholy Death of Oyster Girl

lunes, 28 de abril de 2008

Save the last dance That is over!

Esta noche Fama, a bailar! llega a su recta final para ceder su trono y cetro al renovado Supermodelos. El viernes pasado el programa eliminó a una de mis favoritas, Tati, quien a pesar de ser junto a Quico una de las parejas más consolidadas y mejor valoradas por el jurado, nunca consiguió meterse al público en el bolsillo. Afortunadamente, cuando hace tres meses (para ser exactos el 15 de enero, cuando aún Fama, a bailar! no tenía previsto incluir más concursantes para alargar el programa) hice mi quiniela de favoritos, expresé mi especial favoritismo por Lorena, quien ayer ganó junto a su compañero Juan Carlos el premio en la categoría de mejor pareja (¿me los encontraré en Londres durante los tres meses de verano?), y confesaba también el interés que me despertaban Vicky (quienes todos apuntan como la ganadora del programa) y Tatiana (de quien ya comentaba que estaba pasando sin pena ni gloria, a pesar de ser una de las que mejores bailaban):
Sin embargo, mi preferida es la barcelonesa Lorena, la partenaire de Marcos (el freak) o según sus propias palabras "la borde" o "la mala" del programa. Esto es debido a que muchas veces Marcos le saca de sus casillas: ella es una joven bailarina de clásico acostumbrada a la disciplina y al sacrificio, mientras que él es un como un huracán desatado, desabrido y demasiado apasionado. Sus actitudes sobre el parqué chocan y la paciencia de Lorena no es infinita y queda de manifiesto que es la pareja más descompensada. A esto le debes sumar el hecho de que Lorena no tiene pelos en la lengua en denunciar lo mismo que haría Mel de Big Brother: ésta cantado quienes son los favoritos del programa. Está claro que Lorena es con diferencia uno de los bailarines más interesantes del programa y aunque baila de maravilla no es nada comparada con Vicky o Tatiana, quien hasta el momento ha pasado un poco desapercibida, a pesar de ser una bailarina enérgica y con una extensa base en ballet (¡ni más ni menos que veinte años! ahora tiene veintitrés) ser una chica risueña y con un aire a Beatriz Luengo (con treinta centímetros más, of course).

Todavía es pronto para unirme a taroristas y videntes y trabajar en un 806. La final del concurso que se emite esta noche nos dirá si Aramis Foster y Rappel tienen que preocuparse porque vaya a hacerles la competencia.
Vídeo de la coreo de Lore y Juan Carlos:


jueves, 24 de abril de 2008

Zombies or False Deaths on "El internado"?

Si todavía no has visto el primer episodio de la nueva temporada de El internado, lamento haber escogido un título tan explícito.


Ayer los internos de la Laguna Negra inauguraron un nuevo trimestre. En los portales de la red, había transcendido la incorporación de un nuevo personaje en la trama, Mariona Ribas, tras su rescate de la malograda Gominolas, pero lo que nadie preveía -o al menos mi círculo más inmediato- era el regreso de un viejo amigo al internado. El final fue demoledor: los chicos subiendo la amplia escalinata del hall y dispersándose sin mirar atrás mientras corren hacia sus habitaciones como alma que lleva el diablo. ¿Qué habían visto en los pasadizos que se esconden tras el falso fondo de la chimenea? Julia (Blanca Suárez) es la encargada de desvelarnos el misterio al chocar con un resucitado Cayetano (Fernando Tielve) y atraer hacia él el objetivo de la cámara. ¿Estamos ante la serie más pretenciosa de la televisión española? El dinero invertido en cada uno de los capítulos de El internado nos da una idea bastante clara de donde quieren poner el listón sus productores. La serie arranca con uno de los personajes más queridos y más odiados, Iván (Yon González), manchándose las manos de sangre mientras discurre paralela la instrucción de Nora a cargo del siempre inquietante Manuel de Blas, quien ha contratado a la muchacha para introducirse en la plantilla de profesores y así descubrir el paradero de Fermín (Raúl Fernández). Pero éstas solo son algunas de las puertas abiertas del internado, pues todavía muchas permanecen cerradas a cal y canto, como el misterio que gira entorno a la madre de Marcos (Martín Rivas), enclaustrada en una habitación decorada con un barroquismo espantoso y drogada por el profesor de latín. ¿Qué pasaría si un día decidiese no tomarse esa pastilla que la sumen en profundos sueños? Se abren tantos enigmas como se cierran "falsamente" otros por lo que uno no puede estar seguro de nada. Aunque todo seriófilo reconocerá lugares comunes entre El internado y algunas series anglosajonas, uno no puede dejar de reconocer que ésta es la primera serie que toma modelos extranjeros, pero no para destrozarlos, sino para utilizarlos inteligentemente ante un público que no está acostumbrado a malabarismos en un género tan poco patrio.

Memorial to Lawrence King (1993-2008)

A veces busco en Youtube las entrevistas que Ellen DeGeneres hace a las estrellas del celuloide hollywodiense porque me gusta ese toque cómico y esa frescura que aporta a todas ellas -mucho mejor que las de Eva Hache a quien todavía le quedan algunos años de maceración-, así como sus divertidos sketches. Fue buceando en estos vídeos de la actriz y presentadora de New Orleans que me encontré con este otro vídeo que aquí acompaño. En él, DeGeneres informa de la trágica muerte de un chico de quince años en manos de un compañero de clase después de que aquel le pidiese inocentemente que fuese su San Valentín. Larry murió por el simple hecho de que la homofobia -como el racismo- sigue estando latente en nuestra sociedad. También e impresionó que una actriz como DeGeneres que siempre te está provocando una sonrisa adoptara un tono tan grave para dar la noticia mientras se esforzaba por no llorar. Me ha parecido conveniente colgar el vídeo del momento en que DeGeneres recuerda a Larry, un adolescente de California, sensible y comprometido con las causas sociales.
Vídeo perteneciente a Ellen:





Vídeo en homenaje a Larry King:



miércoles, 23 de abril de 2008

Gala 2: The Melancholy Death of Oyster Girl

Ayer le regalaron a Virginia o Vicky (o Virgi, que también así lo he visto escrito...) el librito de poemas o cuentos poemáticos de Tim Burton. Era un libro que ya conocía gracias a mi amiga Ira, una amiga mucho más "Helena Bonham Carter" que la concursante de GH (perdón, OT), a quien el título más que honrarle, le persigue como una lacra. El programa pretende (acaso) vendérnosla como la concursante que es víctima del atropello de otros compañeros (como si esto fuese u colegio) y que necesita la protección del programa quien le alertará de los peligros de los Gossip Boys (véase gala anterior). Sin embargo, la apariencia de fragilidad de nuestra concursante es eso, únicamente apariencia. La fragilidad de Audrey Hepburn tenía más de aspecto externo que de personalidad de material rompible. Virginia tiene carácter, un buen carácter y tiene también una excelente actitud. Ante las hipócritas explicaciones de un Ivan a la defensiva ("al menos delante de mí nadie te ha criticado, Virginia", cuando él había sido el principal instigador) y la falsedad conciliadora de Sandra, quien repetía sin cesar que "yo a esta niña la quería de verdad", asumiendo el rol (ella sí) de víctima del mal carácter de Virginia (¿en qué mundo alternativo se encuentra esta chica para ver a Virginia de esta manera?), la chica "OYSTER", es decir, Vicky, no tuvo para ellos más que palabras comedidas, evitando dramatismos y la prolongación de un problema de porteras (pudiendo aprovecharse de la situación, reaccionó dignamente y se centro en la música una vez más). Iván, Sandra, ¿por qué no, como dijo Àngel, dedicáis más tiempo a preparar las canciones de las galas y menos a cuchichear, criticar y malmeter como marujas? Estos dos estarían más a gusto en la casa de GH que las gemelas de Sevilla o que Oliver y su guitarra, quien, por cierto, cantaba más en su reality que vosotros en el vuestro, aún siendo éste un concurso musical. Poor, Virginia: "Toma este libro sobre el niño ostra, quizá así te acabemos de condenar al mayor ostracismo de las últimas seis ediciones. ¡Feliz Sant Jordi (en Cataluña hoy es el Día del Libro y la Rosa)!"
La de anoche casi fue una muerte melancólica (casi como la del niño ostra). Risto la derrumbó momentáneamente al comentar que era objeto de crítica de los "marujos" del programa y, ayer, nuevamente, Javier Llano le provocó un susto de órdago (con mirada acuosa incluida) al equivocarse en su veredicto y nominarla. ¿Para quién sería la nominación, entonces? Creo que hubo un grito generalizado de "¿Quéeee?" cuando el calvo (apodado así cariñosamente por los oties) al oír la nominación de Virginia. SUERTE que Noemí Galera está alerta y rápidamente intervino (vamos, ni el FBI es tan RAUDO Y VELOOOOZ). Aunque rectificaron y Virginia se salvó, eso no redujo nuestros ritmos cardiacos ni tampoco evitó que casi presenciaremos la melancólica muerte (¡y de susto, de susto!) de la niña ostra.
En cuanto a su interpretación de "I can't I love" es cierto que no estaba a la altura de sus dos últimas actuaciones, empezó algo titubeante y sus giros (único elemento coreográfico) reflejaban una inseguridad que hacía añicos la canción. No obstante, su compañera Anabel estuvo algo olvidadiza y Tania Noséquéletradelabecedario no destacó en ningún momento, por lo que en el momento en que cantaban a dos voces, Virginia, pese a sus problemillas, se desmarcó favorablemente del trío. Mis otros dos favoritos, Chipper y Noelia, cantaron estupendamente "La mañana" y Pablo nos deleitó con su actuación al piano. A partir de este momento, pronostico los finalistas (que en su mayoría coinciden con mis favoritos):
VIRGI
CHIPPER
PABLO
NOELIA
ANABEL
Y... el sexto, no sé quién podría ser... ¿alguna propuesta? ¿Manu?
Ideas sueltas:
- Me pone algo nervioso Manu, así como la suerte que tiene: le traen a Monica Naranjo a quien adora, a su madre, es favorito de la última gala...
- ¿Para cuándo la expulsión de Ester? Esto es de risa...
- Exijo un "Donde estás corazón" para Sandra y un "La noria" para Iván....
- Iván robaplanos en el momento del beso entre Chipper y su marido Carles. ¡Era su momento, egocéntrico!
Vídeo de la actuación de Virginia:




Nuevo vídeo de Iván argumentado el comentario de Risto sobre los "criticones" de la Academia:


Nuevo vídeo de Iván y Sandra "rajando" de Vicky.





Pablo cantan para alegrar un "Bad day":



martes, 22 de abril de 2008

Now I'm one of You


Tras casi cuatro meses de evitar spoilers de la cuarta temporada de Lost, hoy puedo decir que soy uno más de vosotros y que ya no tengo miedo a leer vuestros posts: ¡mañana empiezo a seguir las andaduras de los losties a ritmo U-S-A!


Como todos (o quizá solo algunos) sabréis, el viernes pasado salió publicado un artículo titulado "De Perdidos al río (por cuarta vez)" en el EP3 sobre nuestros andrajosos, pero heroicos amigos. Al final de éste, se incluían dos pequeñas secciones firmadas por otro periodista. Como la clasificación de fans que proponía me pareció no carente de cierta verdad y, por descontado, divertida, os la transcribo para que cada uno de vosotros, podáis definiros -estoy seguro que algunos, como a mí, se sentirán como una combinación de dos o tres categorías distintas-:


El planeta está repartido entre los que nunca han visto Lost y todos los demás. Los fanáticos, a su vez, se dividen en ocho razas. ¿A cuál perteneces tú?


1. El desentendido. Grupo minoritario que ve los capítulos un poco por TVE y otro poco por cable, sin atender a la cronología natural. Es una raza que nunca sabe si primero cayó el avión y después Hugo se hizo millonario, o al revés.


2. El ansioso. Ve los episodios por Internet porque no aguanta la espera. Primero en inglés, a las cuatro horas ve el episodio de nuevo con subtítulos en portugués y, mientras tanto, va haciendo refresh hasta que en su ordenador aparece el subtítulo en español.


3. El memorioso. Extendida raza que promete no seguir viendo la serie hasta que desvelen qué demonios hacía un oso polar en una isla del Pacífico.


4. El bibliotecario. Especie que nunca antes había tocado un libro y, gracia a las referecnias de Lost, ya ha devorado 12 volúmenes de filosofía, 4 novelas cortas de Dickens, la obra completa de Stevenson y el Contrato social de Rousseau.


5. El desencantado. Vio la primera temporada boquiabierto y en la segunda empezó a perder la fe: demasiada preguntas sin respuestas, demasiado freak alrededor del éxito. Ahora odia Lost y adora 24.


6. El crédulo. No le importa el hilo narrativo, nii los misterios sin respuesta. Es amante incondicional, y si en el próximo episodio todos los náufragos aparecen en el planeta Urano con el pelo platino y recitan a Shakespeare, no pasa nada: todo tiene su porqué.


7. El "conspiranoide". Extravagante grupo que dice haber visto al menos un cruce de tramas en cada episodio. No le alcanza con haber descubierto la cara de Walt en una caja de leche Dharma, o un vídeo de Sayid en medio de una flash-back de Hugo. También asegura haber visto a Kate besando a Fiti en un capítulo de Los Serrano.


8. El jesuita. Sólo tiene vida para pregonar sobre Lost al que nunca la vio. Te la graban sin preguntar, te envían fondos de pantalla y, si aún así no logran convertirte, te encierran un fin de semana para pasarte la primera temporada completa.

Casciari, Hernán. "Las razas de Perdidos" (XVIII/IV/MMVIII) El País, Número 151, pp. 10-12.

Yo soy un híbrido entre "el ansioso" y "el jesuita" (aunque creo que todos tenemos algo de jesuita cuando se refiere a series de televisión...). ¿Y TÚ qué eres?


lunes, 21 de abril de 2008

In & Out of Spain

ELEGY (domingo)



La nueva película de Isabel Coixet hace gala una vez más su distintivo sello, aunque en ocasiones echemos de menos su toque personal en el guión. No obstante, Elegy sobresale por la elocuencia de un discurso verbal comedido, donde a veces las palabras adquieren la altura de un texto poético en el que el silencio es tan importante como el mismo verso. Los diálogos entre el profesor y Consuela encuentran una magnífica correspondencia en la distinguida e intimista fotografía de la película. La ciudad de Nueva York se nos presenta como una completa desconocida a través del objetivo de la cámara de Coixet, quien escoge unos exteriores de una sugerencia estética que supera el mero targetismo postal, pues adquieren toda la significación del presente inmediato, del momento, del ahora. Su atenta mirada a una Penélope más bella que nunca funciona de filtro intensificador ante la ceguedad amorosa del personaje interpretado por Ben Kingsley. El actor británico en su gran alarde interpretativo como profesor sexagenario que vive la vida con la liviandad de un muchacho de veinte queda consumido en la presencia iridiscente de la cubana Consuela. Penélope Cruz se transforma en un bello animal al que la camara adora, como ya ocurrió con su espléndida Raimunda, demostrando que los títulos yanquis no hacen honor a su bon faire interpretativo. Con estos elementos en juego, no resulta tan extraño que Coixet, encerrada con los dos protagonistas y su técnico de cámara en el set, no pudiese evitar derramar unas lágrimas ante tal despliegue de belleza y dolor. Porque en esta película, belleza y dolor, vida y muerte juegan a ser una misma cosa. ¿Alguién ha conseguido penetrar jamás el espíritu de la bella Consuela? ¿Ha podido atravesar alguién la cárcel que constituye el cuerpo demasiado bello de la protagonista ? ¿Dónde existe hay belleza puede dar lugar también a dolor y tormento? ¿O son éstas ideas antitéticas incapaces de conciliarse? El tono elegíaco que sugiere el título atraviesa la película de Coixet quien una vez más ahonda en unos temas que ya nos son habituales en su obra. Las repetitivas cortinillas del plano de las manos tocando el piano; la voz en off del meditabundo protagonista que no sabemos si rememora o narra desde el presente; unos personajes excesivamente abstraídos en el devenir de sus vidas, resultan tan inquietantes como la misma presencia de la muerte, compañera infatigable de la obra de Coixet.



FUERA DE CARTA (viernes)




La opera prima de Nacho G. Velilla gusta, pero no conquista. Javier Cámara y Lola Dueñas se convierten en una versión cañí de Will & Grace, donde el restaurante chic de Chueca da tanto juego como el amplio apartamento de la pareja neoyorquina. Sin embargo, la película no tiene la frescura de A mi madre le gustan las mujeres. Abusa de unos clichés que, si bien funcionan y producen la carcajada del espectador común de Aída -entre los que me sumo-, no aportan nada nuevo. Sin embargo, no parece que sea esta la intención de su director por lo que uno puede relajarse y reíse con los chistes malos sobre mariquitas que pronuncia un incapacitado Luis Varela y no sentirse mal por ello. Chus Lampreave no suaviza la homofobia latente de su marido en la ficción y con su simpatía habitual pone de manifiesto la todavía creciente desinformación y confusión entorno a la cultura queer. Otro motivo habitual de todo producto ficcional gay: el homosexual armarizado, interpretado de forma bastante solvente por el chileno Benjamín Vicuña en la piel, curiosamente, de un futbolista argentino. Javier Cámara, aunque habrá quienes acusen cierta sobreactuación, se mete al público con un personaje egotista, malhumorado y algo plumífero -véase su genial papel en La mala educación-. Lola Dueñas, por su parte, una devorahombres hiperestésica y con muy poca suerte en el terreno amoroso, consigue sobrepasar las limitaciones del papel con su radiante simpatía y sus innegables dotes para la comedia tras dejar claro que también da la talla en papeles sobrios como el de Lola en Mar adentro. Fernando Tejero, sin embargo, aburre en una papel visto en otras ocasiones y finalemente nos sorprende la aparición de nuestra propia versión de Abigail Breslin encarnando a la hija pequeña del actor de Siete vidas. En conclusión, estamos ante una película sin pretensiones ni innovaciones en la que la corona de queer no queda claro si es para Dueñas o Cámara.

sábado, 19 de abril de 2008

One will be revealed


La flota de Galactica y los civiles que se encuentran a su cargo han llegado a un final de temporada mucho menos crítico que su anterior, aunque no por ello, menos interesante. Algunos misterios celosamente guardados, como la identidad de los últimos cinco cylons, fueron parcialmente revelados. Algunos personajes como Baltar y Apollo nos soprendieron con un cambio de rumbo en sus vidas amorosas, en sus carreras, en sus trayectorias vitales dentro del mundo de Battlestar Galactica. Otros secretos largamente larvados, como el que giraba entorno a Sharon, se resolvieron en un abrir y cerrar de ojos, de forma algo incoherente, sin grandes explicaciones y demostrando lo fácil que es, no solo desaprovechar, sino detonar una escena de tanta sugerencia dramática. De este modo, entre pleitos y revelaciones (que no pitos y flautas) llegamos al final de una temporada irregular: un comienzo inmejorable; una serie de capítulos carentes de cualquier atractivo argumental, intercalados con otros (algo mejores) donde veíamos la todavía desconocida vida cyloniana, y el broche final con un último capítulo trepidante que satisfacía muchos de los holes que nos carcomían a los fans. Su principio y final, lo más logrado. Es en este final donde se crea un atmósfera de suspense, de inquietante por esperada sensación de que algo importante va a ocurrir, donde la elección de All Along the Watchtower de Bob Dylan como la canción que se introduce de forma persistente en las cabezas de los cylons dormidos es todo un acierto, ya que contribuye a intensificar el tono crítico, tarquicárdico, del momento. Y por si esto fuera poco, para ir abriendo apetito, la desaparición y posterior resurreción cual Ave Fénix resurgiendo de sus cenizas de la "Estrella" de la serie consigue no solo uno de los finales más redondos en la historia del serial de ciencia ficción sino que también pone de manifiesto que un final así se merecía estar precedido por unos capítulos a su misma altura y no por simples capítulos de relleno.

jueves, 17 de abril de 2008

My favourite things

Mis padres me inculcaron desde mucho antes de mis años imberbes un amor fervoroso por el Séptimo Arte. Antes de cumplir un año y aprovechándose de que nunca he sido un niño excesivamente movido, ya me llevaban con ellos a ver películas de todos los géneros y metrajes. No había película de ciencia-ficción, suspense o terror que me amedrentara ni comedia o peli de acción que me perdiera. Además, mis padres se nutrieron durante sus primeros quince años de casados con una buena videoteca que íbamos acrecentado semana a semana con nuevos títulos. De esta manera, no sólo veía con ellos los últimos estrenos por todas las salas de Barcelona -entonces los complejos multicines, mucho más impersonales y carentes de encanto no existían con la proliferación de ahora-, sino que además durante los fines de semana disfrutaba de los clásicos de Elia Kazan, George Cukor o John Ford (por su parte, mi tía Tessie me daría a conocer a Polanski y Hitchcok los días que me debajan quedarme a dormir en su "casita de papel"). Sin embargo, de todos los pequeños géneros en declive que, sin embargo, mis jóvenes padres me dieron a conocer, uno se arraigó en mí con una fuerza inusitada. Lo que no consiguieron ni el spaggheti western y sus fantásticas bandas sonoras de Ennio Morricone ni el espectacular cine épico, lo logró el género musical. Mi padre me ponía a los siete u ochos años West Side Story, Hair, las películas de Fred Astaire y Ginger Rogers y las bandas sonoras de Jesuchrist Superstar y An American in Paris, mientras que mi madre, con unos gustos mucho más sentimentaloides, se encargaba de instruirme en películas como The King and I, The Sound of Music, Seven Brides for Seven Brothers o The Fiddler of the Roof.

Hoy ha estado lloviendo todo el día. Las gotas arremetían en su tangencialidad contra los fríos cristales de mi habitación. Aunque no me entristece la lluvia -al contrario- ni tampoco me produce terror que se desaten tormetas eléctricas o que un violento granizo martillee peligrosamente los vidrios, me han venido a la memoria algunas de las escenas musicales que me ponen de buen (o mejor) humor en los días y en las noches de lluvia. Todo lo engorroso que tiene el mojarse en los días de invierno (o en los días de primavera con visos aún de invierno), o toda la crudeza de pasar frío a causa de un viento que pone sobre sus hombros a la persistente lluvia, desaparece cuando te encuentras en casa y piensas en lo que fraulein Maria dice a los niños Von Trapp: "piensa en cosas agradables".

A continuación voy a colgar algunos vídeos de los momentos musicales que suelen mejorar mi humor. El primero es precisamente la canción My favourite things:





Un divertidísimo vídeo donde Tigrilla y los indios bailan al ritmo del tam-tam:




Put On Your Sundays Clothes de Hello Dolly!, cuando Barbra Streisand no había pasado aún por Nip/Tuck:





Leslie Caron como Gigi y una copa de champain:




Rita Moreno en America. Me encanta el inglés de estos niuricans (new yorkers+Puerto Ricans, lo he estudiado hoy en clase):




El trío de Good Morning (atención a la mamá de Grace (Will&Grace) y a la mamá de la princesa Leia (ya en el plano real)):





La genial I'd Rather Be Blue en Funny Face de Barbra (mi prima Anna se la pone a todo trapo en el coche):





La eeeenergy del principio de A chorus line:




¡Otro día más (aunque no mejor)!

miércoles, 16 de abril de 2008

Gala 1: Virginia Blues

La envidia es muy mala. El cainismo está tan en boga hoy en día como lo estaba en la época de Adán y Eva.

Ayer, Risto Mejide en un arrebato de sinceridad -de esa que lleva como música de fondo el sonido de un primer premio de una máquina de azar (o tragaperras) con el tintineo de monedas cayendo en una bandeja- le "informó" -empleo el entrecomillado para citar el mismo verbo que usó él- de que "sus compañeros la estaban poniendo verde, rajando de ella". Risto, ese virtuoso del tacto, hizo llorar a Virginia -aunque, en realidad, quienes le hicieron llorar fueron sus maliciosos compañeros-. Ella, una vez más, se había metido al público en el bolsillo con su interpretación de un tema tan intimista como "I'll Stand By You". Aunque me molesta la falta de delicadeza del show business, no dejo de estar de acuerdo con cada uno de los comentarios del publicista catalán -como un forero dijo: "duela a quien duela, no deja de decir verdades como puños"-. La voz de Virginia tiene la singularidad de una Leonor Watling, una Diana Krall o una Amy Winehouse (o para emplear un ejemplo utilizado en el programa, de una Stacy Kent). Acompaño este párrafo con una foto extraída de flickr donde el usuario colgó hace un par de años las fotos que hizo para un book a la entonces desconocida y rubia "Vicky", una cantante de blues de veintidós años acompañada de su sempiterna guitarra.

A excepción de la actuación de Virginia y Mimi y la de Noelia y Sandra, las demás me aburrieron hasta límites insospechados. Entre otras causas, la más significativa -al margen de la más obvia: la calidad vocal de los concursantes ayer por la noche- es la que apuntó la bloguera Elsah el viernes pasado en Pizzapazio: los títulos escogidos para cantar no acaban de atraerme. Otros años nos daban a conocer canciones menos conocidas -difíciles de oír en determinadas emisoras de radio- y que tenían el componente del culturizar un poco más al gran vulgo.
Vídeo de las bellísimas Virginia y Mimi cantando a dúo el tema de The pretenders en la Gala 1:

Vídeo del comentario de Risto acerca de las críticas a escondidas que Virginia recibe de sus compañeros:
Vídeo de algunas de las críticas de sus compañeros ("así rajaba, así, así x2, así rajaba que jo los ví) donde se evidencia la pelusilla que le tienen tachándola de "jugar a ser la niña perfecta" (en boca de Iván). ¡ÍVÁN DEDÍCATE A CANTAR!:

sábado, 12 de abril de 2008

...And Today with You All...

Noni Ryder (nops), Patricia Conde (noops), Audrey Hepburn (nooops), Leonor Watling (noooops) Lauren Graham (nooooops), Natalie Portman (noooo0ops)...

Marisol

De nuevo hoy, le dedico una entrada a Pepa Flores... A pesar de ser consciente de que sus posts son los que reciben menos respuestas, no puedo evitar dedicarle unas palabras a esta (una vez más empleo ese adjetivo que le viene como un guante) pizpireta actriz, cantante y bailarina. ¿Por qué? Aunque el nuevo material sobre ella me llega con cuenta gotas, pues desde hace alrededor de veinte años, Pepa vive retirada en ciudad natal, de vez en cuando, alguien sube al olímpico Youtube algún vídeo con una actuación de la malagueña que hasta el momento desconocía. Es el caso de esta versión de una canción del maestro Neil Leslie Diamond:



Éste otro vídeo es de una de mis canciones románticas favoritas (sé que os parecerá quizá algo hortera). La originalidad de esta versión de "Me conformo" radica en que los dos primeros versos están cantados en japonés muy probablemente para contentar a su extenso público japonés (como nuestra Leonor, triunfaba en tierras niponas).



Cabriola fue dirigida por Mel Ferrer quien en aquel momento era marido de la fabulosa Audrey Hepburn. Se dice que la actriz belga admiraba a la malagueña y que le acompañó a París donde la supervisó en cuestiones de moda, saliendo juntas de compra. Curiosamente en esta película, Marisol llevaba el pelo a lo garçon, peinado que puso de moda Audrey Hepburn en aquella época.



No sólo gozó de éxito en Japón, sino que en el país vecino, ese que nunca nos da puntos en Eurovisión, también la solicitaba. Este vídeo pertenece al programa Allegro del año 1966.





miércoles, 9 de abril de 2008

Gala 0: The Return of Risto...



A pesar de que ayer me miniatormentaba un examen que tenía que hacer hoy, aparqué los apuntes y me puse a ver la sexta edición de Operación Triunfo. Regresan, por tanto, los cansinos emails de Portalmix, los resúmenes vespertinos, los comentarios de Arús y Co. sobre los concursantes, las apuestas salchicheras entre los amigos para intentar pronosticar el ganador y también el omnipresente y poderoso merchandising del programa.

Pocos programas funcionan con la precisión de un reloj suizo como lo hace OT. Su Hermano Mayor, el otro reality que le saca cuatro años, GH, a pesar de su lóngeva vida y de suscitar aún el interés de la población más voyeur de Europa, tiene continuos problemas técnicos -acoplamiento de micros, tardanza en la introducción de vídeos-, un guión cuya presentadora deconstruye a veces en detrimiento del mismo y a favor de sus intereses particulares (Mercedes no existe la objetividad e imparcialidad más absolutas) y de unos concursantes que absorben el tiempo muchas veces en necedades desesperantes y que pone de relieve una mala distribución del tiempo. Sin embargo, esto no ocurre con OT. A pesar de que Jesús Vázquez se lamentaba del constante retraso que llevaban y a pesar también de la cantidad de bloques del programa, el ritmo gozó de un dinamismo, de una ligereza, de una habilidad para mantener la atención del público que debería contemplarse en manuales sobre cómo hacer un programa de televisión -no crean que tengo intereses creados en Telecinco (de tenerlos, tampoco lo diría ¡juas!)-. El programa me tuvo enganchado hasta más allá de la una y la prolongación del mismo con La academia en directo hasta cerca de las dos.

Sin embargo, cierta obligación de franqueza hacia vosotros, me obliga a explicaros parte del interés que me suscita esta sexta edición. Para empezar, mi exdirectora de la Academia donde cursé teatro musical hace cinco años atrás, Coco Comin, forma parte del jurado de este año. Esta mujer estuvo radiante, no sólo por su aspecto físico, cuyo mérito es doble teniendo en cuenta su edad, sino también por los comentarios brillantes que hizo. Sus palabras daban testimonio de sus décadas como docente en el mundo de la danza. Todo el discurso señoreado con una elegancia innata y aderezado con una referencia a un musical conocido. La misma Coco de siempre, aquella que en su primer día de clase te alienta con frases tales como "los bailarines no sudan, sino brillan". El otro elemento atrayente es que entre los concursantes se encontraba un excompañero de mi amiga amiga Ira y mío también. Su nombre es Iván y es de Barcelona. Retomando el tema del jurado, no puedo obviar el hecho de que Risto Mejide llegó a la gala en plena forma y ya en su primera intervención, soltó una de sus perlitas más demoledoras y mordaces: "Éste es el karaoke más caro del mundo." Noemí Galera -a quien el bloguero del Polo Norte le despierta abiertas simpatías- jugaba a ser el poli bueno. Supongo que el lavado de cara de hace dos ediciones atrás está todavía en proceso. El cuarto jurado, Javier Llano, aportó la sobriedad al critic team. En cuanto a la dirección, este año el trabajo ha recaído en manos del histriónico Llácer. Va a resultar interesante observar la lucha interna en la que se debatirá actor y cantante catalán para fijar una línea entre la fiesta que es La Academia en directo y la seriedad que implica el cargo de director. Suponemos que Kike Santander y Edith Salazar han considerado una pérdida de tiempo dar clases de politesse al heterodoxo Risto, aunque el público no va echar en falta enormemente las palabras alentadoras, horriblemente edulcoradas hasta la atonía más hastiada, del antiguo director y ex-jefa de estudios.

Los concursantes son 16. Con un simple barrido, unas pocas palabras durante su presentación y un escaso minuto de espectáculo, uno ya se podía hacer la idea de cada uno de ellos. No creo que este año vayamos a encontrar una gran diva como Soraya o Lorena. No obstante, tengo que admitir que resultan altamente interesantes, atractivas (en el sentido musical, vocal), algunas voces femeninas como la de esa "gótica" de arrebatadores ojos que cantó "Smile" con un magisterio sorprendente (no en vano, Risto ha visto en ella "un producto acabado"), la chica del Mama mía! o la andaluza con tanto a'te que llamó "chupachup" a Mejide. Virginia, Noelia y (no me acuerdo el nombre, ¡que alguien me lo facilite! ¡Ahm! ¡Anabel!) se perfilan como mis favoritas. Entre los chicos, de momento sólo me llama, la atención Chipper, el estadounidense, y Pablo (y quizá también el púber Ros).
Además, la noche contó con una Mónica Naranjo resucitada. Su voz seguía siendo tan vibrante, tan enervadora como siempre. La puesta en escena fue magnífica y el público entregado no dejó de corear su nombre, mientras que Mónica, esa cantante catalana tan querida, no podía ocultar una mirada cristalina al borde de las lágrimas.

¡Arranca OT 6!

Vídeo 1:

Vídeo 2:

martes, 8 de abril de 2008

More Physics on... The Big Bang Theory


Este fin de semana, acogí en mi casa a un amigo, Dr. en Física, que venía de Londres donde actualmente reside. Así que aproveché la visita para ponerle el piloto de The Big Bang Theory y saber qué opinión tenía sobre la recreación de la vida de un grupo de físicos. Contrariamente a mis suposiciones, la serie le gustó y se rió con un 90% de los chistes y situaciones del primer episodio. Esto constituye un logro no sólo porque como Dr. en Física no le pareció mal el retrato que hacían de él y sus colegas, sino porque, además, mi amigo goza de un severo espíritu crítico con el que guillotina un alto porcentaje de todo aquello que es del gusto del gran vulgo.

Es cierto que The Big Bang Theory no se caracteriza por su originalidad ni el argumento ni en la configuración de los personajes. No obstante, el argumento funciona y los personajes despiertan simpatía desde el primer minuto (en especial, Howard, Raj y Sheldon, quien se ha alzado como el indiscutible protagonista de la sitcom). Además, la serie cuenta con un ritmo ágil y espontáneo, en la que los diálogos tienen mucho Lorelai y Rory, solo que su absurdo no es resultado de una desbordante imaginación casi a modo de greguería ramoniana, sino de abstracción motivada por las continuas referencias al mundo de las matemáticas y la física.

Quiso el azar que mi amigo me invitara precisamente esta semana -semana en la que gracias a la entrada de Ánade sobre The Big Bang Theory, descubrí la serie- a salir con él y con otros amigos, doctores en Fisica. La velada fue tan friki como representa la serie. Fuímos a comer pollo frito, aunque este grupo de "cocos" frecuentan los japoneses, los turcos y los italianos (como Leonard y & Co.); al salir, nos detuvimos en las Ramblas, donde mi amigo, disfrazado de Riu (personaje de Street Fighter, para los despistados), simuló una lucha frenética con Balrog, interpretado por Eulàlia, la hermana pequeña de mi amiga y ataviada con unos boxers y unos guantes rojos comprados para la ocasión. La reacción de los transeúntes era digna del cuadro de Munch. Todos se detenían a nuestra altura boquiabiertos. Giovanni, mientrastanto, con un llavero de luz con forma esférica, lo meneaba rápidamente de un adversario a otro, dibujando la trayectoria de "la bola de fuego". Con estas mismas pintas, nos dirigimos a un pub a tomar unos cocktails, pero el sitio era tan chic para estos nerds que decidieron marcharse de allí y dirigirse a una sitio underground, cuyo único aliciente era la experiencia "sórdida"que adquirías tras la visita. Por ello, dada la proximidad de esta experiencia con el grupo de físicos, no me sorprende en absoluto los carácteres de los protagonistas The Big Bang Theory. No estoy negando el uso (abusivo, acumulativo) de clichés entorno a este ámbito profesional dentro de la serie, pero sin caer en generalizaciones, es innegable que Leonard, Sheldon, Howard y Raj representan individuos reales -que no todos-, en los que se han exagerado algunos de sus rasgos para provocar la risa del espectador. Sus problemas para relacionarse con el sexo opuesto no se apartan tanto de la realidad como ellos quisieran. Puedo dar fe de ello.
Sin embargo, hay algo que me llamó la atención. Mientras que mi limitada experiencia (consistente en dos o tres fiestas/salidas) me lleva a constatar que la serie no se aleja mucho de la realidad de una buena parte de estos individuos, al considerar el retrato que se hace de las mujeres físicos en la serie, no puedo más que disentir. En la presentación de la tesis doctoral de mi amigo, conocí a una de las chicas más bellas, sensuales e inteligentes (nuestra conversación fue corta y intrascendental, pero su coeficiente intelectual debe ser alto, considerando su status académico). Esta físico portuguesa se llamaba Mafalda y nada tiene que ver con la colega físico de Leonard. Aunque mi amigo sostiene que esta chica constituye una excepción, mi observación y valoración post-tesis de las mujeres físicos fue muy favorable. En este punto, me parece interesante hablar de Penny, el único personaje femenico con cierta embergadura dentro de esta serie. Esta vecinita que algunos rápidamente habrán tachado de tonta no resulta serlo tanto a medida que transcurren los capítulos. Su uso de la ironía, por ejemplo, vapulea a los 180 de CI de Sheldon, incapaz de detectarla la mayoría de veces. La chica, rubia hasta decir basta, funciona, sin embargo, de contrapunto ideal para la pareja de físicos.
Espero con ansia la nueva tandas de capítulos. Mientrastanto, revisionaré los once primeros -cierto es que algunos chistes requieren un review-.

martes, 1 de abril de 2008

Have you passed "Física & Química"?

Hace escasamente dos minutos, la primera temporada de "Física y química" ha finalizado. El final tenía algo de "Gossip Girl", con el coqueteo de las drogas de hoy, la fiesta improvisada en la piscina climatizada y un cuerpo inconsciente flotando en la superfície (el de Ruth). ¿A alguién más le ha venido a la cabeza el penúltimo capítulo de la chica cotilla? Cierto es que que en la serie española no tenemos ni a una esplendorosa Serena; ni a un pobre intelectual como Dan, último romántico del (Low) West End; ni a a la adorable bruja de Blair; ni a la lolita usurpadora de tronos rosas. No obstante, aquí tenemos a una profesora asaltacunas y a otra que sufre vaginismo (gran momento, y esperado -no tan esperado, en cambio, el beneficiado (Fele Martínez)- el del polvo en los lavabos). Debo admitir que por una vez una serie teen de producción nacional nos deja uns cliffhangers capaces de generar algo de suspense. Vamos unos cliffhangers dignos de llamarse así. Por un lado, esa minichoni llamada Yoli descubre el affaire entre su (reciente) novio y la profesora de filosofía (las profes de letras siempre han tenido más fama de casquivanas que las de ciencias...) y sin más dilación, ella y sus aretes de medio metro de diámetro se dirigen al despacho del jefe de estudios para soplarlo todo. Por otro lado, Blanca pierde por fin la virginidad (¡tiene la carrera acabada, para que os hagáis una idea de lo retrasada que va en el plano sexual, la pobre!), pero no junto a quien todos creíamos. Incapaz de esperar más, practica cruising con el exnovio de Irene, por quien ha empezado a sentir cierta atracción -mi opinión es que quiere adquirir experiencia para sorprender a Jonathan a su regreso-. Un tercer hilo argumental que queda suspendido, o más bien, "tenso", es el de Olimpia, quien decide abandonar a su marido, quien a su vez descubre que ésta le ha estado poniendo unos cuernos como tendidos eléctricos con el de Arte (¿¡qué os decía con las profas de letras!?). En el bloque adolescente, quedan muchas vetas abiertas: Fer conseguirá tambalear la heterosexualidad de Julio o éste persistirá en su enamoramiento de Cova (¿ésta él enamorado de verdad o sólo cree estarlo porque era la novia de su hermano y estando con ella se siente de alguna manera otra vez cerca de su hermano?); sabremos la verdad sobre los malostratos que sufre aparentemente Cavano; arrojarán algo más de luz al misterioso suicidio del hermano de Julio, con el que se abría la serie; nos será revelado aquello que acucia a Yoli, tal y como confesó varios capítulos atrás; se resolverá el triángulo amoroso entre Jan, Paula y Cabano. Y dejo para lo último ese gran incidente del final, que a mí particularmente me ha parecido del todo irrelevante, seguramente debido a que el personaje de Ruth no me despierta grandes simpatias. ¿Qué pasará con Ruth? ¿Se irá al otro barrio a hacer compañía a sus padres? (Estoy adoptando un tono algo xtarlingiano.) De momento habrá que esperar, pero no os inquietéis, renueva una temporada más, por lo que aquellos que hemos (a)probado física y química estamos de suerte.

Los primeros adolescentes televisivos con acné: