miércoles, 8 de octubre de 2008

Mothers (and Brothers and Sisters)

Mi familia favorita del momento (lo siento por los Darling, pero los Walter llegaron antes) volvió ayer a sus noches en Cuatro (el horario es de after hour para los que al día siguiente madrugamos...).

Nora, la capitana de ese navío de locos demócratas y republicanos, de bandera multicolor izada en todo lo alto y con sus camarotes repletos de crisis de pareja y enfermos de guerra, lidera al clan como una mandamás sin escrúpulos, cuyos sentimientos filiales pueden ser más peligrosos que una nave en manos de piratas y corsarios. Justin ya ha probado en sus propias carnes que es igual de temible la superprotección de una entregada madre como la recámara cargada del arma de un francotirador iraquí. Kitty también ha sido víctima (no del todo inocente) de esos tempestuosos arrebatos maternales de Nora que poco o nada tienen que envidiar a la furia desatada por la tempestad que azota al Pequod en Moby Dick. Solo Rebecca parece encajar y comprender las necesidades que reclama esa gran ballena blanca, mole aglutinadora de todas las madres crueles y desinteresadas, bondadosas y egoístas, contradictorias como todo lo que proviene de un sentimiento auténtico, y capaz de quebrar el buque insignia de EEUU (aunque su discurso en la entrega de los Emmy se vea cercenado por la piratería censora).

Del resto de personajes, poco merece hablar, pues Nora es el alma de la serie y sus retoños por muy interesantes que nos los pinten, siempre quedarán ensombrecidos por ella. De todos modos, añadiré que en los primeros capítulos, se echa de menos un mayor protagonismo de la genial Holly, quien de momento permanece en un segundo plano como mera comparsa de su hija, de Nora o de Sarah, quien, por cierto, ya se ha alzado como personaje antipático oficial de la serie (Tommy se lleva un año más el galardón al personaje insulso, así como Justin el de insoportable). Afortunadamente, Kitty y Kevin Walker siguen sosteniendo el buen pulso de la temporada pasada. La ambigüedad moral de Rebecca y la sugerencia ¿gay? de Saul (me refiero a esa extraña visita del amigo de mirada penetrante) anuncia buenos presagios, porque me gusta que Rebecca sea un poco Lolita y que los guionistas no insistan en emparejar a Saul con Holly porque no hay quien se lo crea. La vuelta de Scotty también es un factor que hace equilibrar la balanza hacia el lado optimista. Pero ¿por qué los personajes menos interesantes como Tommy o Justin son correspondidos con parejas tan poco interesantes, mientras que Kitty y Kevin tienen parejas prometedoras (en un sentido estrictamente narrativo, por supuesto)? De no ser así, Joe y Julia serían algo más que simples fantasmas que propician quebraderos de cabeza y malhumor a sus respectivas parejas para empezar a vivir su propia vida y conseguir que nos interesaramos un poco más por ellos. El caso de Julia es un claro ejemplo de desperdicio de una buena idea. ¿Estarán sobrados de ellas?
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2 comentarios:

Sunne dijo...

ando bajandome la primera temporada para verla en pareja

Crítico en Serie dijo...

Será porque me gusta mucho la actriz Rachel Griffiths que no me cae antipática Sarah. Eso sí, Tommy, por más atractivo que sea, es insulso con ganas.

Pero, pese a todos los defectos que tienen todos, cabe decir que juntos son una familia muy completa (y es que en las familias de verdad también hay gente insoportable, insulsa y antipática).