Without ADSL, without time

Después de varios días sin conexión, después de la aglomeración de libros y artículos por leer y esos exámenes y trabajos que en septiembre parecían lejanos e inofensivos y ahora son objeto de una incipiente ansiedad (moderada, que mis ansiedades son más verbales, que físicas...), despues de todo eso, encuentro un hueco para escribir una líneas y comentar ciertos temas que tenía en mi lista de pendientes.

-

GOMINOLAS. El miércoles quise postear sobre la serie, pero ya no tenía conexión (nos habíamos quedado sin línea de teléfono para así aumentar el grado de aislamiento que padecíamos). Quería dejar un comentario antes de contaminarme de las críticas de otras personas y, bien, lo conseguí, aunque no de la forma que quería, pues al no tener conexión, no podía leer otras críticas sobre la serie. Gominolas me gustó. Está bien hecha. Está bien dirigida. Está bien interpretada, aunque no de forma igual por todos sus actores. Yo reseñaré las actuaciones de Lluís Homar, Arturo Valls (aunque repita personaje) y Mariona Ribas en el papel de la transformada Noe: "Noe, noe, que todo se lo come." o "Si quieres ser de Gominolas, antes tienes que dejar de comértelas." Sí que me haré eco de David Broc al decir que esta serie tiene el mérito de estar desarrollando una idea original (estoy harto de las copias desvaídas de series norteamericanas sobre médicos, detectives, criminólogos, polícias). Además, de las canciones que me hicieron sonreír, cuenta con chistes y guiños a los ochenta (como el de la riñoneras) bastante simpáticos. Por cierto, me encantó el opening del principio. Está muy elaborado. Disfrute viendo ese cartel de "Los Gominolas contra el Dr. Caries".

EL COCINERO EN CIERNES. Hace un par de años que me adentré en el mundo culinario con algunas pruebas fallidas e intromisiones descorazonadoras, pero también cosechando éxitos de fogones y hornillos. Ahora, debido a que nuestra cocinera está de huelga, me he tenido que poner al mando de la cocina. Es mi oportunidad para aumentar la pobre carta de comidas que sé preparar a día de hoy. Voy a probar suerte con cosas más sofisticadas y arriesgadas (es decir, trascender ese estadio cómodo que constituye el cocinar únicamente pasta, freír carne, hacer pizzas caseras o crepes u hornear pasteles. Éste es un paso más hacia mi emancipación culinaria.

NO TE COMPRARÁS UN CD EN TU VIDA. Deformando el lema de la mani por una vivienda digna, lo pongo al servicio de mi actitud actual frente a la música. El miércoles salí en una hora libre de la facultad hacia varias tiendas en busca de unos libros. Como el FNAC es visita obligada en todas estas expediciones consumistas, me pasé un rato por la sección de discos. Aunque había aprobado 1/3 de una asignatura y podría haberme dado un present, me propuse mirar los precios de aquellos discos que quería y tomar nota mental para un futuro cercano (¡para final de mes, vamos!). Pero por más que busqué allí (y después en dos tiendas más), no encontré los discos que quería (¡podrían perfeccionar un poco más la clasificación de los discos!). De aquellos que si que ví y me tomé la libertad de oír, dos nombres me complacieron: Jens Lekman y Amy MacDonald (que curiosamente le doy un aire a Kate Nash, a quien realmente buscaba). ¡Vaya precios! ¡Vaya indecisión! ¡Vaya consumismo irrefrenable! Esta vez pude vencer mis impulsos de compra compulsiva, salí únicamente con los libros de la facultad bajo el brazo y con la promesa de volver en las próximas semanas a por esos cedés! ¡Estoy orgulloso de mi autocontrol! Por cierto, enamorado de la canción del joven cantautor canadiense con ese aire a James Callis.

-

psd: En la revista de El corte inglés anunciaban la salida en dvd de la primera temporada de Cinco hermanos...

psd2: ¡Por los mismísimos clavos de Risto! El pseudoagudo comentarista-crítico-expertoen ha arremetido contra Patricia Conde y Ángel Martín (en palabras de él, "la rubia simpática" y "el enano") porque éstos a su vez le han criticado... Solo que la rubia y el enano lo hacen con gracia y acierto, mientras que Risto se basa para ello en un humor pasado de tuerca y con un olor a naftalina cada vez más insoportable.