La nueva película de Shyamalan seguramente te decepcionará si ya lo hicieron antes The village y The lady in the water, a no ser que como a mí, estas dos últimas películas te gustasen. A excepción de Signs, a mi juicio, su única película estrellada, todas las demás constituyeron un goce para los sentidos y un reto para el cerebro. Me encantaría dar la talla en este comentario, ya que la película y su director se lo merecen, pero la cantidad de exámenes de los últimos días -incluido el del British Council de hoy-, me han extirpado la habilidad de expresarme con claridad, como "los infectados" de The happening, y el buen manejo del mot juste.
Encasillar a Shyamalan como un director asociado únicamente al género de terror es ceñirse solo a su película más popular hasta el momento. El cine de Shyamalan está atrevasado por numerosas carreteras que conducen a distintos destinos, a cual más hiperbólico, inquietante y, por supuesto, maravilloso. Pero estas carreteras no serán (gratamente) transitables si cuando te dispones a coger el coche no eres consciente de que en el camino es posible que debas afrontar obstáculos totalmente inesperados que la mayoría de veces te obligarán a coger una carretera secundaria mucho más sombría. Su multidisciplinidad nunca ha sido entendida ni por la crítica ni por el público, ya que una errónea promoción de sus películas le ha favorecido en las taquillas, pero han alentado la decepción y la sensación generalizada de engaño a la salida de los multicines. El paradigma de esta situación de contínuo desencuentro es el de The village. Quienes esperaban dar con una película terrorífica sin más se toparon con algo más profundo y trascendental. El público no supo encajar el golpe y, en lugar de aceptar esas otras lecturas que su director nos proponía en su cinta, el público prefirió recrearse en las críticas y los lamentos. Estas espectadores solo desean que Shyamalan repita una y otra vez la fórmula secreta con la que compuso The sixth sense, sin comprender que Shyamalan tiene puesta la mirada mucho más allá, que no acata demasiado bien los parámetros del género, aunque conoce demasiado bien sus cánones, por lo que es capaz de utilizar determinados elementos cuando le conviene sin limitarse por ello.
Como era de esperar, las malas críticas no han cesado desde que se estrenara su última película el viernes en España. Aunque es algo que ya me espero, no deja de parecerme incomprensible. Lo que sí me sorprende es el vigor de algunos refranes españoles como el de "no se hizo la miel para la boca del asno". Prueba de ello son esas malas críticas de las películas de Shyamalan. Entonces, ¿por qué sigue creando tanta expetación cada nuevo estreno? Como llevo años pregonando -y mis amigos darán fe de ello-, esto se debe a sus geniales (aunque engañosos, como decía) tráilers. Por esta razón, la gente busca insatisfactoriamente una peli de terror al uso en una súperlograda parábola social como The village, escapista y desesperada a la vez, o de una bellesíma fábula con tintes terroríficos como The lady in the water. Lo que el público no acaba de comprender es que el miedo, el terror o la desesperación puede adoptar distintas formas. Shyamalan exorciza sus propios fantasmas personales en cada una de sus películas y el público no siempre está dispuesto a perdonar este acto de egocentrismo, aunque nos vaya a hacer madurar como espectadores.
The happening arranca con una brutal escena en Central Park, donde se empiezan a producir el suicidio en cadena de los neoyorquinos. Esta ola (o mejor dicho, ventisca, porque el viento juega un papel fundamental) mortal se extiende rápidamente por toda la costa noreste de los EEUU. En un principio, el gobierno atribuye estos sucesos a varios ataques terroristas, pues se cree que ha sido propagado un desconocido virus letal para los hombres y rápidamente la Gran Manzana es puesta en cuarentena. Entonces, comienza el éxodo de Elliot, su mujer Alma, un compañero de trabajo y la hija de éste. El viaje en tren, en coche y finalmente a pie se convierte en una huida sin tregua. La película demuestra un gran dominio del tempo, los sucesos se suceden con gran maestría del realizador y el espectador se ve inmerso en una espiral de pánico que no logra comprender.
Sin embargo, el enemigo invisible del hombre es su vieja amiga, la naturaleza. Ésta considera que el hombre es ya una seria amenaza para la supervivencia del resto de seres vivos y, por ello, decide acabar con la especie humana. Pero, ¿es ésta una decisión que será llevada hasta sus últimos extremos o solo un aviso? El cástigo de la naturaleza es la pérdida de su cualidad más definitoria: la supervivencia. Bajo este presupuesto, parece normal que esto conduzca a los suicidios masivos que invaden toda la cinta. Las plantas deciden dejar de producir oxígeno y, en su lugar, despiden una toxina. El viento, responsable de la polinización de las flores, arrastrará consigo esa toxina hasta los hombres. La naturaleza preocupada por su propia supervivencia tiene claro que de seguir así las cosas lo mejor será prencidir de los humanos.
La pareja protagonista -para nada sobreactuados, como leeréis por ahí- representan dos actitudes antagónicas de los hombres. Por un lado, Elliot es un profesor vitalista y optimista, provisto de una corazón puro, pero con una fe ciega en el hombre. Por otro, Alma representa la apatía y la parálisis emocional, se encuentra desorientada y su rostro expresa un continuo desaliento. El final de la película, sin ser apotéosico, consigue con una gran sencillez la comunión entre estas dos personas y, por extensión, con la naturaleza. Además de cada una de las muertes, en The happening encontramos muchísimos elementos, acciones, palabras, que si estás atento y perceptivo, puedes llegar a comprender en toda su profundidad. Algunas escenas como el momento en que John Leguizamo se da cuenta de que una brecha se ha abierto en el capó del coche y observa impávido cómo está se va haciendo más grande dejando penetrar los terroríficos haces de luz -una clara imagen asociada al temido "agujero" de la capa de ozono- están tan logradas que no solo te hace temblar brazos y piernas en la sala de cine, sino que además te sacude la cabeza en reflexiones a posteriori. Estoy empezándome a preguntar si Shyamalan es alienígena porque no puede ser que las musas de Ovidio lo iluminen con cada nueva película.
4 comentarios:
Que rabia no poder leer esta entrada, he leido el inicio y me han entrado ganas de leerla entera, porque me encantaron The Village y Lady in the Water!!!
LA veré, espero que pronto
Noo por dios!
::::::spoilers::
un montón de gente que corre del aire, porque las plantas se están defendiendo de los humanos???? puaj"
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::::::fin spoilers::::
NO LA VEAIS, que el cine está muy caro y esta película sale cara. jeje
Albert! Has explicado la película entera!!!!!
Albert, hauré de dur-te la contrària. A més, que jo sóc l'exemple de persona que admira a Shyamalan i que ha quedat ben decebut.
Jo, amant com sóc de la jove de l'aigua (que està dins de les meves pel·lícules preferides), considero que el guió es vergonyós.
Els diàlegs del principi són patètics, forçats, cada frase que surt de la boca de Leguizamo és innecessària i al pobre Walhberg li fan fer el capullo com a professor (això de professor enrotllat queda patètic).
Reconec que m'han encantat cadascuna de les morts que apareixen a la pel·lícula, però m'ha semblat que Shyamalan havia posat el pilot automàtic. No tenia l'atmosfera de El Protegido, ni tenia tan bon pols com Señales (que a diferència de tu, em sembla del millor que ha fet apart de la nimfa aquàtica), ni la lectura de El Bosque, ni la bellesa (¡quina direcció!) de La jove de l'aigua.
Una llàstima, perquè la idea era bona.
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