Tengo una amiga con la que no me hace falta quedar previamente para que nos encontremos sistemáticamente y siempre de forma casual en el Centro Comercial. Quizá no seamos dos amigos al uso. De hecho, si existiese una autoridad en los que a amistades se refiere, dictaminaría que no somos los mejores amigos del mundo: nunca nos acordamos de felicitarnos los cumpleaños ni sostenemos largas conversaciones frente a un café humeante ni tenemos aficiones en común que nos lleven a quedar el uno con el otro. No obstante, Cristina -alias "Rome-y yo no hemos dejado de estar en contacto ni un sólo minuto en los últimos once años. Es cierto que los medios no suelen ser los convencionales, pero tengo la absoluta certeza de que si alguno de los dos cambiase de ciudad, encontraríamos una nueva forma de vernos que sustituyese a la actual de toparnos en el Centro Comercial. Y es que por "la Rome" siento absoluta devoción. Siempre que puedo, menciono episodios protagonizados por mi amiga o relato nuestras aventuras violando las normas del instituto de la Diagonal o suelto inconscientemente frases antológicas de aquellos tiempos. Sé que la alegría que nos embarga en estos encuentros es mutua, así como también sé que las promesas de quedar en los próximos días caerán irremisiblemente en saco roto. ¿Cuando acaben los exámenes quedamos?
Psd: La despedida de soltero de Marta y Manel fue un exitazo. Hacía tiempo que no me reía tanto improvisando esos bailes tan retros en la discoteca. Ni siquiera el triste percance de la rotura de las gafas cool de Elsa consiguieron empañar el buen rollo. Elvira se portó muy bien acercándonos a casa en coche e Irene se convirtió en la escanciadora oficial de la velada. Todavía no me repongo del impacto del corte de pelo de Isa...
(Éste ha sido mi post más personal. Prometo abandonar la línea magazinesca en el próximo.)
1 comentario:
Qué suerte es tener un amigo en quien apoyarse!!!
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