En un momento en que la dialéctica entre medios no presenta ninguna frontera y de su conjunción es posible que surjan novelas gráficas, portales como Youtube o libros online, el ecléctico "Su ilusionismo, gracias" es la natural tentativa de conciliar artes aparentemente tan dispares como lo son la magia, el tap o la literatura. La verdadera magia del espectáculo no consiste en sacar al archiconocido conejo de la trilladísima chistera, sino en hacer que lo divino roce lo amoral, en que lo literario se transforme y adopte su diarreica imagen real y que lo escatológico y lo superficial desaparezca, levite y finalmente aparezca nuevamente. "Su ilusionismo, gracias" mueve una maquinaria que funciona a la perfección porque su carismático y brillante artífice sabe administrar los tiempos con la ligereza de un prestidigitador. Su sentido del humor no es mas que la deliciosa guinda que señorea todo el espectáculo. Con la automatizada voz de una vending machine se cierra a la perfección un irreverente y bien hilvanado show que revitaliza los principios de esta nueva concepción de la magia poniéndolos al servicio del espectador. Un espectador que adopta un papel más activo de lo que es habitual en este tipo de espectáculos y que no se limita a ver magia, sino también a entenderla y a difrutarla.
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