martes, 8 de abril de 2008

More Physics on... The Big Bang Theory


Este fin de semana, acogí en mi casa a un amigo, Dr. en Física, que venía de Londres donde actualmente reside. Así que aproveché la visita para ponerle el piloto de The Big Bang Theory y saber qué opinión tenía sobre la recreación de la vida de un grupo de físicos. Contrariamente a mis suposiciones, la serie le gustó y se rió con un 90% de los chistes y situaciones del primer episodio. Esto constituye un logro no sólo porque como Dr. en Física no le pareció mal el retrato que hacían de él y sus colegas, sino porque, además, mi amigo goza de un severo espíritu crítico con el que guillotina un alto porcentaje de todo aquello que es del gusto del gran vulgo.

Es cierto que The Big Bang Theory no se caracteriza por su originalidad ni el argumento ni en la configuración de los personajes. No obstante, el argumento funciona y los personajes despiertan simpatía desde el primer minuto (en especial, Howard, Raj y Sheldon, quien se ha alzado como el indiscutible protagonista de la sitcom). Además, la serie cuenta con un ritmo ágil y espontáneo, en la que los diálogos tienen mucho Lorelai y Rory, solo que su absurdo no es resultado de una desbordante imaginación casi a modo de greguería ramoniana, sino de abstracción motivada por las continuas referencias al mundo de las matemáticas y la física.

Quiso el azar que mi amigo me invitara precisamente esta semana -semana en la que gracias a la entrada de Ánade sobre The Big Bang Theory, descubrí la serie- a salir con él y con otros amigos, doctores en Fisica. La velada fue tan friki como representa la serie. Fuímos a comer pollo frito, aunque este grupo de "cocos" frecuentan los japoneses, los turcos y los italianos (como Leonard y & Co.); al salir, nos detuvimos en las Ramblas, donde mi amigo, disfrazado de Riu (personaje de Street Fighter, para los despistados), simuló una lucha frenética con Balrog, interpretado por Eulàlia, la hermana pequeña de mi amiga y ataviada con unos boxers y unos guantes rojos comprados para la ocasión. La reacción de los transeúntes era digna del cuadro de Munch. Todos se detenían a nuestra altura boquiabiertos. Giovanni, mientrastanto, con un llavero de luz con forma esférica, lo meneaba rápidamente de un adversario a otro, dibujando la trayectoria de "la bola de fuego". Con estas mismas pintas, nos dirigimos a un pub a tomar unos cocktails, pero el sitio era tan chic para estos nerds que decidieron marcharse de allí y dirigirse a una sitio underground, cuyo único aliciente era la experiencia "sórdida"que adquirías tras la visita. Por ello, dada la proximidad de esta experiencia con el grupo de físicos, no me sorprende en absoluto los carácteres de los protagonistas The Big Bang Theory. No estoy negando el uso (abusivo, acumulativo) de clichés entorno a este ámbito profesional dentro de la serie, pero sin caer en generalizaciones, es innegable que Leonard, Sheldon, Howard y Raj representan individuos reales -que no todos-, en los que se han exagerado algunos de sus rasgos para provocar la risa del espectador. Sus problemas para relacionarse con el sexo opuesto no se apartan tanto de la realidad como ellos quisieran. Puedo dar fe de ello.
Sin embargo, hay algo que me llamó la atención. Mientras que mi limitada experiencia (consistente en dos o tres fiestas/salidas) me lleva a constatar que la serie no se aleja mucho de la realidad de una buena parte de estos individuos, al considerar el retrato que se hace de las mujeres físicos en la serie, no puedo más que disentir. En la presentación de la tesis doctoral de mi amigo, conocí a una de las chicas más bellas, sensuales e inteligentes (nuestra conversación fue corta y intrascendental, pero su coeficiente intelectual debe ser alto, considerando su status académico). Esta físico portuguesa se llamaba Mafalda y nada tiene que ver con la colega físico de Leonard. Aunque mi amigo sostiene que esta chica constituye una excepción, mi observación y valoración post-tesis de las mujeres físicos fue muy favorable. En este punto, me parece interesante hablar de Penny, el único personaje femenico con cierta embergadura dentro de esta serie. Esta vecinita que algunos rápidamente habrán tachado de tonta no resulta serlo tanto a medida que transcurren los capítulos. Su uso de la ironía, por ejemplo, vapulea a los 180 de CI de Sheldon, incapaz de detectarla la mayoría de veces. La chica, rubia hasta decir basta, funciona, sin embargo, de contrapunto ideal para la pareja de físicos.
Espero con ansia la nueva tandas de capítulos. Mientrastanto, revisionaré los once primeros -cierto es que algunos chistes requieren un review-.

2 comentarios:

Sunne dijo...

No lo descarto, todo lo que sea divertido me interesa.

Crítico en Serie dijo...

Ver sitcoms no es algo que me enganche. Como pudiste ver en mi blog, con 30 rock he hecho una excepción (como también hice con Samantha Who o como conocí a vuestra madre). Pero venga, después de tu crítica quizás me apunto al carro este fin de semana. Y me lo creo que los estudiantes de matemáticas son unos freaks: hay carreras que marcan un tipo de personalidad, a veces (y a rasgos muy gruesos). Y no voy a poner ejemplos, no fuera el caso que alguien de por aquí se quejara.

Per cert, quins shows que monteu per la rambla, no? Tela... Sort que no us vaig veure. Potser és per la inversomilitat que envolta la rambla (de canaletes) que no m'agrada passejar-hi? Allà tot és possible.