A pesar de que ayer me miniatormentaba un examen que tenía que hacer hoy, aparqué los apuntes y me puse a ver la sexta edición de Operación Triunfo. Regresan, por tanto, los cansinos emails de Portalmix, los resúmenes vespertinos, los comentarios de Arús y Co. sobre los concursantes, las apuestas salchicheras entre los amigos para intentar pronosticar el ganador y también el omnipresente y poderoso merchandising del programa.
Pocos programas funcionan con la precisión de un reloj suizo como lo hace OT. Su Hermano Mayor, el otro reality que le saca cuatro años, GH, a pesar de su lóngeva vida y de suscitar aún el interés de la población más voyeur de Europa, tiene continuos problemas técnicos -acoplamiento de micros, tardanza en la introducción de vídeos-, un guión cuya presentadora deconstruye a veces en detrimiento del mismo y a favor de sus intereses particulares (Mercedes no existe la objetividad e imparcialidad más absolutas) y de unos concursantes que absorben el tiempo muchas veces en necedades desesperantes y que pone de relieve una mala distribución del tiempo. Sin embargo, esto no ocurre con OT. A pesar de que Jesús Vázquez se lamentaba del constante retraso que llevaban y a pesar también de la cantidad de bloques del programa, el ritmo gozó de un dinamismo, de una ligereza, de una habilidad para mantener la atención del público que debería contemplarse en manuales sobre cómo hacer un programa de televisión -no crean que tengo intereses creados en Telecinco (de tenerlos, tampoco lo diría ¡juas!)-. El programa me tuvo enganchado hasta más allá de la una y la prolongación del mismo con La academia en directo hasta cerca de las dos.
Sin embargo, cierta obligación de franqueza hacia vosotros, me obliga a explicaros parte del interés que me suscita esta sexta edición. Para empezar, mi exdirectora de la Academia donde cursé teatro musical hace cinco años atrás, Coco Comin, forma parte del jurado de este año. Esta mujer estuvo radiante, no sólo por su aspecto físico, cuyo mérito es doble teniendo en cuenta su edad, sino también por los comentarios brillantes que hizo. Sus palabras daban testimonio de sus décadas como docente en el mundo de la danza. Todo el discurso señoreado con una elegancia innata y aderezado con una referencia a un musical conocido. La misma Coco de siempre, aquella que en su primer día de clase te alienta con frases tales como "los bailarines no sudan, sino brillan". El otro elemento atrayente es que entre los concursantes se encontraba un excompañero de mi amiga amiga Ira y mío también. Su nombre es Iván y es de Barcelona. Retomando el tema del jurado, no puedo obviar el hecho de que Risto Mejide llegó a la gala en plena forma y ya en su primera intervención, soltó una de sus perlitas más demoledoras y mordaces: "Éste es el karaoke más caro del mundo." Noemí Galera -a quien el bloguero del Polo Norte le despierta abiertas simpatías- jugaba a ser el poli bueno. Supongo que el lavado de cara de hace dos ediciones atrás está todavía en proceso. El cuarto jurado, Javier Llano, aportó la sobriedad al critic team. En cuanto a la dirección, este año el trabajo ha recaído en manos del histriónico Llácer. Va a resultar interesante observar la lucha interna en la que se debatirá actor y cantante catalán para fijar una línea entre la fiesta que es La Academia en directo y la seriedad que implica el cargo de director. Suponemos que Kike Santander y Edith Salazar han considerado una pérdida de tiempo dar clases de politesse al heterodoxo Risto, aunque el público no va echar en falta enormemente las palabras alentadoras, horriblemente edulcoradas hasta la atonía más hastiada, del antiguo director y ex-jefa de estudios.
Los concursantes son 16. Con un simple barrido, unas pocas palabras durante su presentación y un escaso minuto de espectáculo, uno ya se podía hacer la idea de cada uno de ellos. No creo que este año vayamos a encontrar una gran diva como Soraya o Lorena. No obstante, tengo que admitir que resultan altamente interesantes, atractivas (en el sentido musical, vocal), algunas voces femeninas como la de esa "gótica" de arrebatadores ojos que cantó "Smile" con un magisterio sorprendente (no en vano, Risto ha visto en ella "un producto acabado"), la chica del Mama mía! o la andaluza con tanto a'te que llamó "chupachup" a Mejide. Virginia, Noelia y (no me acuerdo el nombre, ¡que alguien me lo facilite! ¡Ahm! ¡Anabel!) se perfilan como mis favoritas. Entre los chicos, de momento sólo me llama, la atención Chipper, el estadounidense, y Pablo (y quizá también el púber Ros).
Además, la noche contó con una Mónica Naranjo resucitada. Su voz seguía siendo tan vibrante, tan enervadora como siempre. La puesta en escena fue magnífica y el público entregado no dejó de corear su nombre, mientras que Mónica, esa cantante catalana tan querida, no podía ocultar una mirada cristalina al borde de las lágrimas.
¡Arranca OT 6!
Vídeo 1:
Vídeo 2:
5 comentarios:
Yo me desenganché de OT allá por la 3a edición y nunca mais me entró el gusanillo y esta vez tampoco creo que lo haga. Lo mismo me pasó con GH me saturó en la 4a edición y ya no volví a verlo.
Lo reconozco, vi OT. Y dentro de que no me agrada este programa, puedo opinar varias cosas. Risto es un cabrrr***, me da igual si es un papel o no, pero al menos educación, que son personas leñe.
Que Angel este de director me parece cutre, es un poco piltrafilla el chavalín (y más viendolo en tu si q vales).
Los concursantes, nose, cantaban bien, menos el de la canción Ricki Martin y el de Mika que eligió mal la canción (es muy chunga). Las chicas todas mu monas, en especial la que tienes en la primera foto que en el casting interpretó Creep de Radiohead!!!! solo por eso e smi favorita!
A mi también me gusta mucho Iván, aunque reconozco que estoy influenciado porque ya me gustaba en su etapa como actor... No sé si ahora estará a la altura. En cuanto a Risto ha aplicado, como él muy bien dice, elementos de la publicidad a su persona, y por eso triunfa. Por otra parte, yo también considero que Noemí Galera es una de las mejores profesionales de la televisión en activo (por detrás de las cámaras, me refiero... desde su etapa como directora de casting hasta la actual como creativa)...
Y, amigo mío, hablas de la voz de Mónica Naranjo... permíteme decirte que la actuación fue playback completo y absoluto... jejeje...
Un abrazo!
No quería verlo, pero al final lo hice y lo enganche. Damn it!
De momento mis favos son Manu y Anabel, simpáticos y con buenas voces. Y no soporto ni a las Tanias ni a Reke. Y tampoco a Risto y Noemí, pero eso es otro cantar.
Y sobre The Big Bang Theory, me alegro que la hayas disfrutado plenamente :) A mí aún me quedan un par de capítulos por ver y aunque han perdido ligeramente la frerscura que tenían al principio, siguen estando geniales. :D
¡¡¡Cuánto tiempo esperando y ya tenemos OT de vuelta!!! Antes de nada: que viva Noemí Galera!!! Jajaja. Gracias por esa referencia ;).. esa mujer me sigue encantando. Borde cuando lo tiene que ser, simpatiquísima el resto del tiempo.
Me ha gustado tu resumen... salvo por dos cosas: en mi opinión, Mercedes Milá y GH siempre estarán por encima de OT xD y le faltó un poquillo a la gala para ser ágil... parecía la teletienda!!
En lo demás, estoy contigo: el jurado, en plena forma; con Ángel Llácer no vamos a echar de menos a "Kikecito" y Chipper y Virginia, los mejores!!
Un abrazo!!
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